sábado, 15 de septiembre de 2018

APARATO RESPIRATORIO - HISTOLOGÍA

La función del aparato respiratorio es captar el oxígeno del aire y pasarlo a la sangre a través de la cual es transportado por los eritrocitos a los diferentes territorios orgánicos, al tiempo que el CO2 originado en el catabolismo tisular es transportado para su eliminación por el aire. Por ello, en el sistema respiratorio se diferencian dos porciones: la porción conductora y la porción respiratoria. La primera está constituida por las vías de conducción área encargadas de transportar el aire hasta la porción respiratoria situada en el pulmón, donde tiene lugar el intercambio gaseoso entre el aire y la sangre.
La porción conductora se extiende desde la cavidad nasal hasta las últimas ramificaciones de los bronquiolos ya dentro del parénquima pulmonar, pudiéndose dividir esta porción en dos: vías aéreas extrapulmonares e intrapulmonares. Las primeras se extienden desde la cavidad nasal hasta la bifurcación de la tráquea en los bronquios principales que se introducen en el parénquima pulmonar, e incluyen además los senos nasales y paranasales, conectados con la cavidad nasal, la nasofaringe, las bolsas guturales y la laringe. Todas estas porciones se caracterizan por presentar la estructura de un órgano hueco, cuya luz está revestida por una mucosa denominada respiratoria.
La mucosa respiratoria está revestida por un epitelio seudoestratificado cilíndrido ciliado con células caliciformes, células cilíndricas no ciliadas y entre las células basales, células neuroendocrinas, secretoras de proteínas con actividad hormonal y que forman parte del sistema endocrino difuso. El epitelio descansa sobre una lámina propia submucosa de tejido conectivo laxo y tejido linfoide difuso y nodular, que puede constituir agregados. Este epitelio permite que las partículas nocivas que penetran con el aire queden retenidas en la secreción mucosa de las glándulas que es eliminada gracias al movimiento ascendente que procuran los cilios, evitando que penetren en la porción respiratoria.
La faringe comunica las cavidades oral y nasal con la laringe. Actúa como zona de resonancia durante la emisión de sonidos. La laringe comunica a la faringe con la tráquea y, además de ser una estructura conductora de aire, es el órgano de la fonación puesto que contiene las cuerdas vocales, su pared está constituida por los cartílagos laríngeos, fundamentalmente de naturaleza elástica, unidos entre sí y a la tráquea por ligamentos y músculos estriados. Internamente, la mucosa que los reviste, que puede ser tegumentaria o respiratoria, forma dos pliegues que estrechan la luz del órgano (cuerdas vocales) entre las que queda una depresión que se denomina ventrículo laríngeo.
La tráquea es un una estructura tubular que empieza en la laringe y termina en la zona torácica donde se ramifica en dos conductos denominados bronquios principales o primarios. La tráquea está formada por una mucosa compuesta por epitelio pseudoestraficado ciliado y una lámina propia de tejido conectivo con muchas fibras elásticas. Más externamente está la submucosa que es tejido conectivo en el que aparecen las porciones secretoras de algunas glándulas con acinos fundamentalmente mucosos, aunque algunos son mixtos. Bajo la submucosa se encuentra cartílago hialino formando anillos incompletos, los cuales se distribuyen a lo largo de la tráquea. Entre los extremos de las semilunas pueden observarse células musculares. El cartílago aporta rigidez y elasticidad a la tráquea. La adventicia limita al cartílago en su parte externa. Los bronquios principales son las dos primeras ramas de la tráquea. éstos se ramifican a su vez en los bronquios secundarios y en los broncopulmonares, según los lóbulos en que se divida cada pulmón. Los bronquios tienen la misma estructura histológica que la tráquea, pero cuando estos entran en los pulmones los anillos de cartílago se sustituyen por placas irregulares de cartílago. A medida que van disminuyendo su diámetro, consecuencia de las sucesivas ramificaciones, el cartílago se hace más escaso. También aumenta la capa de muscular liso. Cuando se aproximan al milímetro de diámetro el cartílago ya no se observa y entonces a los conductos se les llama bronquiolos.
Los bronquiolos dan lugar a los bronquiolos terminales, y éstos últimos a los alvéolos pulmonares. En los bronquiolos se da la transición del epitelio pseudoestratificado a simple, que cambiará de simple cilíndrico a cúbico, hasta llegar a los alveolos donde es simple plano. Las células caliciformes son muy escasas en los bronquiolos y no aparecen en los bronquiolos terminales.
Los alveolos son la zona terminal de la cavidad aérea del aparato respiratorio. En ellos se produce el intercambio de gases. Están formados por un epitelio simple plano y rodeados por capilares sanguíneos. Los alveolos comunican su interior con los espacios alveolares o con conductos alveolares cuyas paredes también están formadas por alveolos. Estas estructuras se comunican con los bronquiolos.

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